sábado, 8 de septiembre de 2012

Mirando hacia Alemania

Me ha llamado la atención que en los últimos días, y con motivo de la visita de la canciller alemana, en los medios de comunicación no hemos hecho más que mirar para Alemania como el ejemplo a seguir, no sólo a nivel económico, sino social y educativo. A este respecto, parece que ahora está de moda la Formación Profesional dual que, por cierto, no sólo funciona en el país germano. El problema es que queremos copiar lo que triunfa en otros países, como siempre, empezando la casa por el tejado. En este caso, no podemos tratar de transformar la FP, al final de la cadena educativa, cuando si siquiera los sistema en Infantil y Primaria son iguales. Por lo que he leído, el término de la escuela Primaria los alumnos son separados, según sus capacidades intelectuales, en hasta tres escuelas diferentes, para lo que se tienen en cuenta las calificaciones de esos años y la recomendación de un profesor. Ahí es nada. Eso sí, la escuela pública tiene un peso importante en el sistema y depende de los land, lo que sería, digamos, las regiones.
Las ventajas de la FP que imparten en Alemania es que permite a los estudiantes adquirir competencias en un lugar de trabajo, integrarse en el mundo laboral (los estudiantes reciben un sueldo) y la oferta y demanda de cualificación se adapta al mercado laboral. Además, el porcentaje de estudiantes menores de 20 años sin profesión es muy bajo.
En el lado negativo, la formación dual, para empezar, dura de 2 a 4 años, dependiendo de la profesión y sobre todo se vincula al sector industrial y comercial. Durante este tiempo, la mayor parte se desarrolla en la empresa y se complementa acudiendo a clases, con lo que podría suponer la disminución de profesorado. Además, las empresas que los contratan requieren de un tutor con formación previa, una atención que quizás las pymes no podrían abarcar, lo que tampoco garantiza la calidad de las prácticas. Precisamente el tejido empresarial español constituye también un escollo -un 85 por ciento pymes- con lo que tendrían problemas para ofertar plazas de formación. Aparte, tendría que ser el estudiante quien encontrara el puesto.
A falta de conocer con detalle ese real decreto que parece que pronto presentará el Ministerio de Educación, y más tras una reforma reciente de la FP (en 2011), me parece más conveniente incrementar la oferta, asentar este tipo de formación, que hasta hace pocos años fue el "patito feo" de la enseñanza, mejorar la relación con las empresas para aumentar la oferta práctica y, como ya hacen algunos centros en Aragón, contar con programas formativos para los adultos que tienen que reciclarse y mejorar su cualificación profesional.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Tirando de calculadora


Hoy, mientras recorría una librería de la ciudad, me he topado con varias escenas de familias haciendo compras del material escolar y de libros, que me han rememorado esos días y el olor a libros nuevos, a los lapiceros y pinturas con la punta bien afilada (que luego era imposible volver a recuperar con el tajador, o sacapuntas, como prefiráis). En esos momentos no era consciente de lo que se gastaban mis padres al comprar cada año los libros, que jamás pude compartir con mi hermana, porque vivimos dos sistemas educativos distintos y lo que suponía que cada año les demandara un estuche nuevo o esa mochila con la que me empecinaba.
De nuevo, este año, como le sucedió a mis padres, los de hoy en día tendrán que hacer cuentas para poder comprar los libros nuevos, ya que la gratuita de los mismos ha pasado a mejor vida. Personalmente, no me parecía mal ese sistema que enseñaba a los alumnos a valorar y cuidar el material escolar. Según el estudio de la Federación de Usuarios Consumidores Independientes (FUCI), publicado hoy, los padres españoles se gastarán de media 830 euros en esta vuelta al cole. Para no asustar a algunos, parece que en Aragón, el gasto rondará entre los 465 y los 645, si se trata de un centro público y concertado, llevándose los libros la mayor parte, y en el que este año también hay que incluir el comedor, alrededor de 96 euros al mes.
No voy a lanzar recomendaciones a los padres, pero para cualquier comprador, y más con la subida del IVA, resulta fundamental aprovechar los descuentos, hacer inventario para comprar todo lo necesario, reciclar la ropa o el material y evitar las marcas (algo que, por otro lado, también será un ejemplo para los niños).





                                           Un poco de nostalgia con la foto