Esta podría ser la frases que resumiera la esencia del proyecto de la "Ciudad de los Niños" que hace unos años ideó el pedagogo y escritor Francesco Tonucci, y al que ya se han adherido más de 200 ciudades, incluida Huesca. Pretende que los niños sean protagonistas de la transformación de la ciudad y que ésta se diseñe teniendo en cuenta sus aportaciones, que van más a allá de la colocación de columpios en una zona de la ciudad.
Aunque cada vez existan más órganos de participación ciudadana, cuyas opiniones poco a poco son tenidas en cuenta, me parece muy loable que el Ayuntamiento de Huesca haya apostado por incluir en este debate sobre la configuración de la ciudad a los niños. La veintena que integran el principal órgano de est proyecto, el consejo de los niños, lo integran escolares elegidos por sorteo entre los colegios de Huesca.
Ellos aportan sus ideas y también les orientan sobre temas en los que pueden indagar, como los "caminos escolares" (http://caminoescolar.blogspot.com.es), iniciativas que han surgido en distintas ciudades con las que no sólo se trata de evitar que los padres "abusen" del coche para desplazar a los niños al colegio, sino fomentar su autonomía. Vamos, como se hacía hace años, que los niños iban sólos al cole y no pasaba nada, y no se formaban largas colas y dobles filas delante de los colegios.
Además del consejo, coordinado por dos adultos, existe un laboratorio en el que las ideas de los pequeños toman forma con la participación de técnicos municipales, concejales, asociaciones y colectivos de la ciudad, además de la Universidad de Zaragoza, en concreto la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación, impulsora en Huesca del proyecto.
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